El Ayunar es Tener Hambre por Dios

El ayuno es tener hambre de Dios. Cuando ayunas, estas creando un hambre más profunda por Dios. Hay una hormona del hambre en tu cuerpo que se activa cuando es hora de comer. Lo único que apacigua esa sensación es comer. No tienes que acordarte de tener hambre; ¡Tu cuerpo te lo dice! Cuando ayunamos, activamos nuestra hormona espiritual del hambre. Puede que no sea agradable a nuestro cuerpo físico cuando ayunamos, pero estarás satisfaciendo tu hambre espiritual. Cada dos o tres horas, sentirás esa punzada de hambre espiritual. Cuando estabas perdido, no buscabas a Dios, Él te buscaba. Pero una vez que eres salvo, puedes buscarlo a Él. Si lo buscas y lo pones en primer lugar, lo encontraras y hará cosas maravillosas para ti.