Abre Mis Ojos Desde el Jardín de Getsemaní

El ayuno a principio de año no es rutinario. No es un ejercicio para marcar en la lista, junto con las resoluciones y el establecimiento de objetivos. Es mucho más que esto. Es un compromiso de comenzar de nuevo con Dios, buscarlo más, ponerlo primero y dedicar todo lo que vendrá este año en Sus manos. El ayuno al comienzo del año es un símbolo de arrojar todo a Sus pies y confiar en Él como el alfarero con la arcilla que nos moldea en algo hermoso.